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garrapinhada

LA ROSA SILVESTRE

una estatua
- "Buenos días, buena mujer" -dijo la princesa. ¿Qué estáis haciendo?
- Estoy hilando -dijo la vieja.
- ¿Qué es ese objeto tan bonito, cuyas ruedas giran con tanta alegría? -preguntó la princesa.
Y tomando la rueca quiso a su vez hilar.
Pero apenas hubo tocado la rueca la profecía se cumplió, y el dedo de la princesita fue pinchado por el huso. Tan pronto esto sucedió, cayó en el lecho que estaba allí cerca y quedó dormida con un profundo sueño que pronto se esparció por todo el castillo.
El rey y la reina, que acababan de llegar y estaban en el vestíbulo de palacio, se quedaron allí mismo dormidos y, con ellos, todos los cortesanos. Los caballos se durmieron en el establo, los perros en el patio, las palomas en el palomar, las moscas en la pared. Y hasta la llama del fuego de la chimenea se quedó dormida, y en la cocina el fuego también dejó a medio asar los manjares. El cocinero, que en aquel momento levantaba el brazo para pegarle al marmitón, que le había hecho una jugarreta, se quedó dormido con el brazo en alto. También el viento se detuvo y en los árboles que rodeaban el castillo no se movió una hoja."Del libro "Rosa Silvestre" de Jacob y Wilhelm Grimm.

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