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garrapinhada

EL TIEMPO DEL SUEÑO

una figura

La creación y ordenación del mundo tuvo lugar en un
periodo mitológico y sobrenatural, conocido como
«Alchera», Dreaming o Dreamtime, cuya traducción
literal es «Tiempo del Sueño».
En este tiempo mágico, la Tierra tomó forma y la vida
surgió en ella. En la mayor parte de las leyendas que
hablan del Dreaming, se relatan los viajes de los
espíritus ancestrales, llamados Wondjina, que crearon
el mundo tal y como lo conocemos, con sus ríos y sus
rocas, las estrellas y dieron vida al ser humano, a
las plantas y a los animales. Posteriormente, durante
el Dreamtime, estos espíritus, viajaron libremente por
Australia y después de transmitir a lo seres humanos
los conocimientos necesarios para su supervivencia y
para el mantenimiento del orden establecido, los
Wondjina desaparecieron dentro de la Tierra y habitan
en las formas del mundo natural que crearon: rocas,
pájaros, ríos, etc...

En la mayoría de estos mitos, la Tierra surgió de
la materia preexistente y el paisaje fue
paulatinamente transformado por la acción de unas
criaturas con forma parecida a la de gigantes
serpientes. Estas «serpientes» fueron levantando,
horadando y retorciendo, el terreno existente, y a
medida que lo hacían iban configurando el paisaje
actual. Estos seres ancestrales, que dieron forma a la
Tierra, surgieron de la propia Tierra. Posteriormente
dedicamos un epígrafe al mito de la «Madre Serpiente»

Al «Tiempo del Sueño», también se puede entrar en
el presente mediante la práctica de ciertos rituales,
utilizando tótems. Así, la conservación de los mitos y
la práctica de los rituales se mantiene en cierto
modo, la continuidad de este tiempo sobrenatural, tan
importante en la mitología aborigen, y garantiza
también la continuidad de la vida.

--La Serpiente Arco Iris o la Madre Serpiente
(Rainbow Serpent)
Uno de los mitos de creación más extendidos y
conocidos entre los aborígenes australianos es el de
la «Madre Serpiente», también llamada «Serpiente Arco
Iris». Esta divinidad ancestral es la personificación
de la fertilidad, la diosa de la lluvia y tiene
poderes para dar vida. Según cuenta la leyenda, al
principio la Tierra era un espacio vacío y llano, en
cuyo interior descansaba la «Gran Madre Serpiente» que
permaneció en un profundo sueño durante muchísimo
tiempo. Repentinamente se despertó y reptó por el
interior de la Tierra hasta llegar a la desierta
superficie. Comenzó a recorrer la Tierra y, a medida
que avanzaba, tal era su poder, que provocó una gran
lluvia, formándose lagos, ríos y pozos de agua. Cada
sitio que visitó lo nutrió con la leche de sus pechos
rebosantes, haciéndolo fértil y una frondosa
vegetación creció en la Tierra antes yerma. Grandes
árboles con frutos de muchos colores y formas brotaron
de la tierra.
La diosa introdujo su nariz en el suelo,
levantando cadenas montañosas y abriendo profundos
valles, mientras que otras partes las dejó lisas y
desiertas. La «Madre Serpiente» regresó entonces a la
Tierra y despertó a los animales, a los reptiles y a
los pájaros que poblaron por vez primera la Tierra, y
finalmente creó a los peces.
Por último, según cuenta la leyenda, la diosa extrajo
de las entrañas de la propia Tierra a la última de las
criaturas, el ser humano. De la «Madre Serpiente» los
seres humanos aprendieron a vivir en paz y armonía con
todos las criaturas de la creación, ya que eran sus
primos espirituales. Además, la diosa enseñó al hombre
la vida tribal, a compartir y tomar de la Tierra
solamente aquellos bienes que necesitasen, respetando
y honrando a la Naturaleza.

Según esta leyenda, gracias a la «Diosa
Serpiente», hombres y mujeres aprendieron a convivir
como hermanos con la naturaleza y también aprendieron
que cada elemento había sido colocado por la diosa en
equilibrio. El ser humano entendió que su papel era el
de guardián y protector de ese equilibrio y que debía
transmitir este conocimiento de generación en
generación. Antes de desaparecer, la «Madre Serpiente»
advirtió que si el hombre abusaba y mataba por placer
o por gula, encontraría al culpable y le castigaría.

En algunas variantes de este mito, la «Madre
Serpiente», llamada «Madre Eingana» vivía, y aún vive,
en el «Tiempo del Sueño», de donde regresa en algunas
ocasiones para crear más vida. (...)

--Yhi, la diosa creadora de los karraur
En la mitología de los karraur, Yhi es una
divinidad de primer orden, ya que es la diosa
creadora. Según cuenta una leyenda de estos aborígenes
australianos, la diosa permanecía dormida en el
«Tiempo del Sueño» antes de la creación de nuestro
mundo, en un lugar pacífico y de montañas tranquilas.
Un susurro repentino desveló a la diosa que dio un
gran bostezo y abrió sus ojos, inundando al mundo con
nueva luz. Yhi descendió a esta nueva Tierra iluminada
por su luz, recorriéndola de este a oeste y de norte a
sur. A medida que la diosa caminaba, las plantas
brotaban bajo sus pies y no descansó hasta que hubo
recorrido cada centímetro de tierra y todo quedó
cubierto por un manto verde. Cuando terminó, la diosa
fue a descansar y mientras contemplaba su reciente
creación, se percató de que las plantas no podían
moverse y en aquel momento le apeteció ver algo que
pudiese agitarse graciosamente.

Con la idea de crear estas nuevas criaturas, la
diosa descendió a la Tierra y tuvo que enfrentarse a
unos espíritus malignos que intentaron acabar con su
vida. La diosa, más poderosa y fuerte, derrotó a estos
espíritus y la calidez de la diosa se mezcló con la
oscuridad, surgiendo unas diminutas formas de vida que
empezaron a moverse por allí. Esas formas de vida se
transformaron en danzarinas mariposas, juguetonas
abejas y otros insectos que comenzaron a revolotear en
torno a la diosa. Pero en este mundo luminoso y vivo,
aún había cuevas oscuras y heladas; sobre ellas la
diosa esparció también su mágica luz y en el interior
de las cuevas formó agua. Pronto vio como aparecían
nuevas criaturas: peces y lagartos que se deslizaban
por el agua. La diosa había derrotado definitivamente
a la oscuridad y el nuevo mundo se llenó de pájaros y
animales que poblaron la Tierra, llenándola de vida.
Podemos apuntar una serie de rasgos comunes entre
tanta diversidad de mitos, como que en la mayoría de
dichos relatos, la creación tiene lugar en un período
mítico, llamado «Dreamtime» («Tiempo del Sueño»), en
el cual habitan los espíritus ancestrales encargados
de la creación.

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